Escrito por: Maria Cristina Angel – Fisioterapeuta y Entrenadora Certificada de Low Pressure Fitness (LPF-CT)
La artritis es la causa principal de dolor y discapacidad en todo el mundo. Es la inflamación o degeneración de una o más articulaciones y existen más de 100 tipos diferentes de artritis y enfermedades asociadas, entre las que se incluyen enfermedades que afectan los huesos, los músculos, las articulaciones y los tejidos que las sostienen.
La artritis puede afectar a personas de cualquier edad y provoca dolor y rigidez en las articulaciones.
Actividad física en Artritis
El ejercicio regular protege las articulaciones al fortalecer los músculos que las rodean. Realizar actividad física durante 30 minutos diarios puede disminuir el dolor, aumentar el alcance del movimiento y reducir la fatiga. Se recomiendan ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como caminar, andar en bicicleta o hacer ejercicios en el agua, para mejorar el estado de ánimo y controlar el peso. Son importantes los ejercicios de estiramiento y de fortalecimiento gradual y progresivo con un programa de ejercicios elaborado por una terapeuta física.
Los ejercicios se deben realizar a un ritmo que le permita hablar con comodidad mientras realiza la actividad. A las personas con artrosis se les recomienda cambiar de actividad con frecuencia para no mantener las articulaciones en la misma posición por mucho tiempo, lo cual reduce la fatiga y protege las articulaciones de la tensión que producen las actividades repetitivas.
Se deben tener períodos de descanso durante las actividades cotidianas. Si presenta dolor después de más de dos horas de realizados los ejercicios, es probable que se haya excedido.
Aplicar calor y frío
Aplicar calor o frío sobre las articulaciones o músculos puede aliviar el dolor y reducir la rigidez a corto plazo. Para algunas personas, el calor funciona mejor, para otras, el frío. El calor puede ser útil para combatir la rigidez, el frío puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar los espasmos musculares. La aplicación de cada uno de estos medios no debe ser mayor a 15 o 20 minutos
Controlar el peso
La obesidad puede empeorar las complicaciones de la artritis y contribuir al dolor que se produce a causa de esta afección. Por lo general, hacer cambios graduales permanentes en el estilo de vida que generen un adelgazamiento progresivo suele ser el método más eficaz para controlar el peso (1). Debe mantenerse cerca del peso recomendado, al tener exceso de peso pondrá mayor tensión en sus articulaciones, especialmente en rodillas, caderas, espalda y pies. Los estudios han demostrado que una pérdida de peso de sólo 11 libras en una mujer de estatura media disminuye el riesgo de desarrollar osteoartritis de la rodilla en un 50% (2).
Tener una dieta saludable
Para gozar de una salud óptima, es importante alimentarse con una dieta saludable y balanceada. Las investigaciones recientes señalan la importancia de la vitamina C y otros antioxidantes (amalaki) en reducir el riesgo de padecer osteoartritis. Los suplementos como el omega 3 Poseen propiedades antiinflamatorias y reducen considerablemente el dolor y la rigidez de la Artritis Reumatoide y disminuyen o bajan el uso de AINE (3).
Proteger las articulaciones
Utilizar las articulaciones más largas o fuertes para cargar peso. Por ejemplo, cargar las bolsas de alimentos con los antebrazos o palmas en vez de los dedos.
El empleo de dispositivos de ayuda para caminar (bastón, muletas, caminador) puede servir para evitar la tensión en determinadas articulaciones. Existen dispositivos de ayuda con características especiales que ayudan a facilitar las tareas, como bolígrafos extra gruesos, sirven para escribir de manera más sencilla; mangos y dispositivos para alcanzar objetos que sean más largos. Elementos ligeros, como platos de plástico,que son más fáciles de levantar que los más pesados.
Evitar o dejar de fumar
Las toxinas del humo causan tensión en el tejido conectivo, lo que provoca más problemas en las articulaciones puede disminuir la masa muscular, conduce a osteoporosis y a un mayor riesgo de fracturas. Fumar también puede aumentar el riesgo de complicaciones de diversas formas de artritis y puede prolongar el tiempo de recuperación después de intervenciones quirúrgicas.
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