Escrito por: Maria Cristina Angel – Fisioterapeuta y Entrenadora Certificada de Low Pressure Fitness (LPF-CT)
Con frecuencia escuchamos hablar de la la lesión de Ligamento Cruzado Anterior (LCA), pero cual es la función de este ligamento, que otras estructuras se ven afectados y cuál debe ser el tratamiento?
Lo Básico
En la rodilla encontramos cuatro ligamentos principales que conectan el fémur con la tibia
- Ligamento colateral medial (LCM), que corre a lo largo de la parte interna de la rodilla. Evita que esta se doble hacia adentro.
- Ligamento colateral lateral (LCL), que corre a lo largo de la parte externa de la rodilla. Evita que esta se doble hacia afuera.
- Ligamento cruzado anterior (LCA), que está en la parte media de la rodilla. Impide que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.
- Ligamento cruzado posterior (LCP), que trabaja junto con el LCA. Impide que la tibia se deslice hacia atrás por debajo del fémur.
Estos se encuentran en el interior de la articulación de la rodilla. El ligamento cruzado anterior y el ligamento cruzado posterior, se cruzan uno con otro formando una “X”, y controlan el movimiento de la rodilla hacia atrás y hacia adelante.
El Ligamento Cruzado Anterior (LCA) desempeña un papel importante en la estabilidad de la articulación de la rodilla, su función radica en impedir el desplazamiento anterior de la tibia sobre fémur.
Qué Pasa con su Deficiencia o Lesión
La deficiencia del LCA no solo produce episodios de inestabilidad sino también una alteración de la mecánica articular, que puede contribuir a cambios degenerativos y osteoartritis prematura.
Más o menos la mitad de todas las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurren con daño a otras estructuras de la rodilla, como el cartílago articular, el menisco u otros ligamentos.
Cómo se Lesiona el Ligamento Cruzado Anterior (LCA)
Aunque las rupturas del LCA se pueden producir en un contacto directo en la práctica deportiva, los mecanismos más comunes son la rotación sin que haya habido contacto y la desaceleración o hiperextensión súbitas.
Los pacientes describen que sienten un ruido seco, dolor agudo en la rodilla, incapacidad funcional y edema, como que la rodilla ‘se salió de su lugar.
Las mujeres que practican algún tipo de actividad deportiva tienen entre 2 a 8 veces más posibilidades de presentar ruptura del LCA que los hombres.
Se considera que se posiblemente está relacionado con las alteraciones del ángulo Q, la morfología de la articulación, dimensiones pélvicas, el tipo de entrenamiento, estado hormonal, disminución de la actividad protectora de los estabilizadores dinámicos de la rodilla (cuádriceps y músculos de la corva), disminución en las fuerzas de cizallamiento anterior por contractura muscular; el LCA es más pequeño en la mujer, al igual que la escotadura intercondílea.
Tratamiento
La decisión acerca del tratamiento depende de varios factores: grado de la lesión, presencia de lesiones asociadas, edad, nivel de actividad, ocupación, participación deportiva (expectativas del paciente), frecuencia y gravedad de los episodios de inestabilidad y compromiso con la rehabilitación posoperatoria.
Los candidatos para el tratamiento quirúrgico con reconstrucción del ligamento son los siguientes: pacientes que experimentan inestabilidad en las actividades de la vida diaria; pacientes que desean seguir participando en actividades deportivas que dependen del LCA tales como el fútbol, baloncesto, voleibol; pacientes con lesiones reparables asociadas de los meniscos, aun siendo menos activos (la tasa de curación meniscal es más alta en rodillas a las que se les hacen simultáneamente la sutura meniscal y la reconstrucción del LCA); y pacientes con una ruptura ligamentosa asociada tal como la lesión de las estructuras posterolaterales.
Rehabilitación del Ligamento Cruzado Anterior (LCA)
Los programas de rehabilitación para las rodillas con insuficiencia del LCA se deben diseñar para compensar el déficit de propiocepción y fuerza, prevenir la inestabilidad sintomática, restaurar la cinemática normal de la rodilla y prevenir la enfermedad articular degenerativa temprana, independientemente si se realiza tratamiento conservador o quirúrgico.
Los principios de tratamiento de las lesiones agudas del LCA son:
- Reducir al mínimo posible el edema y el dolor,
- Restablecer el arco de movimiento,
- Recuperar el control y la resistencia musculares
- Proteger la rodilla de una nueva lesión.
Se debe iniciar precozmente la recuperación del arco de movimiento, procurando no aumentar el dolor y el edema.
Para minimizar la atrofia muscular y la pérdida de fuerza se deben hacer ejercicios isométricos tempranos del cuádriceps, los flexores de la rodilla y el músculo gastrosóleo; se debe tratar de lograr la extensión activa completa y la marcha normal en los primeros 7 a 10 días.
La fase inflamatoria se resuelve gradualmente en el curso de una a tres semanas. Una vez resuelta y cuando se ha logrado un arco de movimiento completo, se inicia un programa de rehabilitación más intensivo para mejorar la resistencia muscular.
Se inician los ejercicios de cadena cerrada para el cuádriceps y los flexores de la rodilla, tales como agacharse, utilizar escaleras o peldaños, intentar sentarse presionando un balón entre los muslos, bicicleta; todos estos ejercicios minimizan la traslación tibial anterior y las cargas patelofemorales.
Se deben fortalecer los músculos flexores de la rodilla, porque son un grupo estabilizador dinámico que evita el desplazamiento tibial anterior. También se deben estimular los ejercicios para fortalecer los músculos de la cadera y la pierna (gastrosóleo) y los de resistencia tales como nadar y el trote en banda.
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