La propiocepción es la sensación del cuerpo en el espacio, así como las partes del cuerpo en movimiento entre sí.
¿Puedes rascarte la rodilla que te pica en el lugar correcto con los ojos cerrados?, ¿Puedes correr sin mirar tus pies o llevarte una taza de café a la boca sin apartar los ojos de la pantalla del computador?
La propiocepción es el mediador del movimiento. Ayuda a estructurar y organizar lo que se desconoce en el entorno mientras te mueves.
Ella nos dice donde empezar y donde terminar; proporciona al cuerpo la conciencia del espacio, la estabilidad para el movimiento y la navegación, regula el uso de la fuerza según la actividad que esés realizando.
En la vida cotidiana, no notamos los impulsos provenientes de músculos, articulaciones, ni el control sobre la posición del cuerpo o el tono muscular.
La propiocepción obedece a estímulos sensoriales provenientes de los sistemas visual, auditivo y vestibular, receptores cutáneos, articulares y musculares que son responsables de traducir los eventos mecánicos ocurridos en los tejidos como señales neurológicas.
Reaccionan a cualquier cambio en la posición del cuerpo y envían señales al cerebro, que, a su vez, envían órdenes a los músculos. A menudo, esto sucede tan rapido que parece un reflejo.
Gracias a los propioceptores tenemos:
- Sentido de posición, por lo que sentimos en qué posición están las articulaciones y cómo se ubica nuestro cuerpo en el espacio;
- Sentido del movimiento, gracias al cual sabemos cómo se mueven nuestras articulaciones cuando nos movemos y cuando algo nos mueve;
- Sentido de fuerza, que nos dice cuánta fuerza se requiere para mover un objeto o a nosotros mismos.
¿Por qué es importante el entrenamiento propioceptivo después de una lesión?
El sistema propioceptivo se altera fácilmente al presentar lesiones como esguinces, luxaciones, fracturas, cirugías, entre otros.
La información que reciben los receptores no es tan clara por lo que la respuesta no siempre es la mejor, haciendo que el cuerpo sea mas propenso a sufrir otra lesión. Como en el caso de los esguinces de tobillo, seguro has escuchado que presentan esguinces con frecuencia.
Esta es una de las razones por las cuales se requiere una rehabilitación guiada en fisioterapia que además incluya ejercicios propioceptivos.
En mi práctica diaria he visto que la alteración en la propiocepción no solo afecta las respuestas estabilizadoras, sino que en muchos casos tambien hay dolor.
Un buen trabajo propioceptivo mejora la funcionalidad y previene recaídas o futuras lesiones, permitiendo al paciente una vida normal sin limitaciones y una vuelta deportiva óptima.
¿Cuáles son los ejercicios propioceptivos?
El entrenamiento propioceptivo incluye un conjunto de ejercicios en condiciones de inestabilidad para reforzar los ajustes musculares y articulares que son necesarios para mantener el equilibrio, la estabilidad y la postura, aumentando las señales propioceptivas provenientes de las partes periféricas del cuerpo, especialmente de las extremidades.
Los ejercicios propioceptivos ayudan a mejorar la fuerza, coordinación, equilibrio y estabilidad, con ellos mejorará el tiempo de reacción ante determinadas situaciones, como por ejemplo, permitir recuperar la postura correcta tras tropezar de manera inesperada.
Dichos entrenamientos pueden durar de 5 a 20 minutos, incluidos los de la primera parte del programa principal después del calentamiento.
En fisioterapia – María Cristina Angel en el entrenamiento de la propiocepción se usan bases inestables, ejercicios con ojos cerrados, descargas de peso, entre otros.
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