Escrito por: Maria Cristina Angel – Fisioterapeuta y Entrenadora Certificada de Low Pressure Fitness (LPF-CT)
Durante el embarazo el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios físicos y fisiológicos, cardiovasculares, digestivos, pulmonares, hematológicos y endocrinos. Dichos cambios ocurren de manera gradual, continúan durante todo el embarazo y se revierten paulatinamente durante el puerperio (6 a 8 semanas luego del parto).
Muchas mujeres quieren recuperar rápidamente su cuerpo y su figura. Debes tener en cuenta que así como el cuerpo hizo cambios graduales durante el embarazo debes darle tiempo para que todo vaya regresando a lo que era antes. Además de los vaivenes hormonales, el abdomen queda flácido y en ocasiones con diástasis (separación de rectos abdominales). Pero el gran perjudicado es el piso pélvico.
Tras el parto, el suelo pélvico se encuentra debilitado por la presión mecánica recibida durante el embarazo, los ligamentos se han estirado y por el traumatismo del parto como tal.
¿Los Ejercicios Hipopresivos y LPF están recomendados en el postparto?
La realización de LPF (Low Pressure Fitness) e Hipopresivos en postparto está recomendada debido a las ventajas que ofrece en la recuperación de la postura, tonifica la musculatura abdominal y suelo pélvico, prevención y tratamiento de las disfunciones asociadas (prolapsos e incontinencia) y reducción del tamaño de la cintura abdominal. Pasado el puerperio (6 semanas) se aconseja realizar LPF y técnicas hipopresivas para mejorar el esquema corporal y mantener las mejores condiciones musculares posibles. No obstante, en el caso de intervenciones quirúrgicas, como la cesárea, se recomienda esperar tres meses. No es aconsejable la práctica de estas técnicas entre el tercer día y la tercera semana después del parto, ya que las fibras musculares del suelo pélvico están relajadas, y por tanto el ejercicio no sería eficaz1.
¿Cómo trabajan LPF e Hipopresivos en el postparto?
Ya que estas técnicas provocan un ascenso de las vísceras pélvicas y un aumento rápido e importante del flujo venoso y linfático de la pelvis menor y de los miembros inferiores. Éste aumento del flujo linfático y venoso nos ayudará a tener un efecto muy positivo sobre los síntomas de malestar perineal que pueden ser provocados por el descenso de las vísceras pelvianas, o sobre dispareunias (dolor durante el coito) profundas generadas por congestión pélvica tras dar a luz.
Además, facilitan la relajación de estructuras miofasciales tensas tras el proceso de embarazo y de parto, como el diafragma torácico y músculos de la cadena posterior2.
¿Las técnicas hipopresivas y LPF son recomendables para la diástasis abdominal?
La diástasis abdominal es la separación del recto del abdomen mayor a 2.5 cm, muy común en el postparto. Los ejercicios de LPF provocan una tracción transversal y longitudinal del recto del abdomen al activar la musculatura estabilizadora de la columna vertebral y de la cintura escapular. El estiramiento que se produce debido a la fuerza tensional favorece la síntesis de colágeno y, el vacío abdominal provoca una tensión transversal en la musculatura profunda abdominal con la consiguiente mejora de la línea alba.
Por esto aconsejamos realizar ejercicios LPF/hipopresivos en etapa postparto, siempre teniendo en cuenta que los ejercicios son complejos y que necesitan del control por parte de un entrenador certificado en LPF, ya que el éxito de las técnicas está ligado a la ejecución correcta de las posturas.
María Cristina Angel. Low Pressure Fitness – Certified Trainer